miércoles, 13 de noviembre de 2013

Barata!


La barata


Durante dos o tres meses tuve durmiendo a ratos en mi cama a una mujer que se vendía barata, se vendía por compañía falsa y frivolidad desgastada, de esa que no vale nada.

Regalaba sus horas por tv con cable o un celular usado y desgastado, sus noches para no dormir sola en su propia cárcel rodeada de su inmundicia, atormentada por su patética y triste vida, yo fui su droga, su escaparate psicótico, la salida simple a un mundo mas nuevo y mejor que el suyo, fui su fuerza instantánea, su confort temporal.

Esa pobre mujer barata que vive engañada, se cree sus propias historias de vidas robadas, vive de cuentos e ilusiones huecas, castillos en el aire y relaciones pasajeras, sufre por amores inmaduros, insanos y mediocres que le genera adicción, la vida le pesa, tiene una sola bendición que traduce como un lastre. Esa barata de andar tan triste, regala sus besos pues son parte de su pobre oferta, ofrece su cuerpo como carne de cordero acostumbrada siempre a ser un objeto.

Esa mujer que estuvo en mi cama, se masturbaba a mi lado a manera de reclamo pues nunca quise tocarla por creerla una mujer en toda la extensión de la palabra, nunca me explico que su sexo era parte del negocio, un muy mal negocio, y yo creyéndola mujer completa le di un lugar que sin dudar desprecio, pues ella como toda baratija no puede estar en una joyería.

Esa simple mujer barata, de linda cara, cuerpo delgado, senos marchitos y manos maltratadas, va en busca de mejores postores, clientes que tomen su cuerpo y paguen mas caras sus caricias vacías, TONTA! yo habría pagado sin usarla, pero en el medio de las mujeres baratas... si la mercancía no se usa se maltrata.

Una mujer barata jamas sera una buena inversión, por desgracia, esta esta en devaluacion.




CRONICAS DE INFANCIA ( historia una madre que no queria tener hijos contada por la menor de sus desendientes)

PRIMERA PARTE   Muchas veces hemos escuchado que platicar del pasado, de eso que en su momento pudo hacernos daño, es sanador, también crece...