lunes, 30 de abril de 2018

Un universo en un patio... Feliz día del niño

Formo parte de esa generación que esta entre el fin de la era análoga y  el inicio de la tecnológica, ya saben… me toco la muerte del casete, el inicio del cd y el bum de las plataformas digitales de música, pasando por el mp3, el zune, ares, limewere etc, obvio también pase horas en latín chat, icq y por supuesto el msn, todos hemos leído esos escritos que nos hablan de los cambios, de como era cambiarle a la tv sin control remoto o como tus papas le ponían candado (si candado) al teléfono de disco para que no marcaras, los juegos etc.

Hoy quiero contarles algo similar, quiero platicarles de las grandes aventuras que vivía con mis primos en le patio del edificio de mis abuelos.

Como muchos saben vengo de una familia pequeña, mis abuelos solo tuvieron 3 hijos y solo 2 tuvieron descendencia, sin embargo siempre fuimos una familia unida, mis hermanos me llevan 15 y 17 años, a si que no fueron mis compañeros de juegos, yo crecí con mis primos, Roberto (nieto de la hermana de mi abuela) y Lupita... pitus pa los cuates (hija de la hermana de mi mama), el 2 años mayor que yo ella 4, yo la mas pequeña y zopenca, pitus protectora y Roberto el terror de la familia, era nuestro Daniel el travieso, muy inquieto, super ocurrente y por demás travieso.

Mis abuelos y las hermanas de mi abuela vivían en un viejo edificio de la ciudad de México en la GAM (Gustavo A. Madero para los que no sepan) de unos 4 pisos si mi memoria no me es infiel, había un portón de metal que cubría la entrada, no era muy grande... como 2 puertas normales, pero la que se usaba como puesta peatonal siempre estaba algo dura, supongo que por vieja, el edificio estaba justo en una esquina, mi abuela y sus hermanas vivían en la planta baja, junto a mi abuela había una tintorería, tenia una puertita que daba justo al patio, siempre tuvimos pleito casado con los niños de ahí, ahora que lo medito no estoy segura de por qué, pero nos caíamos gordos mutuamente, casi a la entrada del edificio había una puerta que daba a la tienda de la esquina.. la tienda de Don José! Recuerdo que nos daban una moneda de $1000 -una moneda- y era en verdad mucho dinero, yo amada los pulparndos -eso no ha cambiado- y el chocolate ‘la vaquita’ con esa monedota dorada comprábamos muchos dulces, tocábamos la puerta de Don José y este nos dejaba entrar a la tienda y elegir lo que quisiéremos, eran grandes tiempos.

Cuando he platicado con amigos de la infancia que tuvimos noto que mi infancia fue diferente, todos jugábamos los mismos juegos, ya saben, bebeleche o avión, resorte, zapatito blanco, stop, pero nosotros 3.. los 3 primos echábamos a volar la imaginación de forma diferente, éramos fieles seguidores del canal 5 y  GC, puedo decir con orgullo que fuimos sobrinos del Tío Gamboin, sin embargo las caricaturas que veíamos eran nuestro juego, el patio de mi abuela lo convertíamos en el cubil felino cuando jugábamos a los Thundercats, teníamos grandes batallas entre la tienda de Don José y la tintorería, Munrra se escondía siempre bajo la escalera.. claro... Roberto era Leono, pitus Chitara y yo uno de los gemelos – era lo malo de ser la chiquita, me tocaban los personajes piteros-

También jugábamos a los Halcones Galácticos, eran increíbles y definitivamente no olvido una ocasión en que Roberto jugo el papel de malo, así que se convirtió en Monstuon y con su tridente que era de plástico duro mato a niño de cobre -o sea yo- pero literal, por que me encajo el tridente en el estomago con una fuerza tal que me saco el aire y termine en el piso llorando, pitus enojadísima casi lo mata, el se llevo un super regaño por parte de toda la familia, y creo que durante un par de días no jugamos con el.

De las mejores aventuras que vivimos era cuando jugábamos al hombre araña y los super amigos, Roberto era el hombre araña, pitus estrella de fuego y yo ps el hombre de hielo  -se lo que están pensando, ya figuraba y si- derrotamos mil veces al doctor Octopus y al duende verde, teníamos batallas campales corriendo de una lado al otro, el patio en realidad es pequeño pero para nosotros era enorme, ahí cabía todo el universo, o varios mundos a la vez, era un sitio tan versátil, un día podía ser

New York, otro día era Thundera, el espacio exterior o simplemente el patio, recuerdo que las escaleras tenían pequeños mosaicos color verde que rodeaban la parte baja de la pared y si los golpeabas se caían, teníamos prohibido hacer eso, tampoco nos dejaban subir a la azotea así que teníamos que crear universos enteros en solo un piso.

Roberto tenia un Alf.. si un peluche de Alf y una tortuga ninja que le había dejado una noche una estrella fugaz, eran su adoración, rompía todos lo que sus manos tocaban menos esos 2, yo no recuerdo cual fue mi juguete favorito, pero tuve un voltron con rebaba del mercado que era mi hit, y pitus su inmensa colección de barbies ahhhh y la mejor… tenia a Shera y el castillo! Uf!! Era lo máximo.

Hoy las coas han cambiado… los 3 hemos crecido y nos vamos haciendo viejos poco a poco, se nos ha avejentado el alma por que olvidamos como ser niños, olvidamos las grandes hazañas que hicimos en ese patio, las increíbles aventuras, las peleas espaciales, todos los enemigos que derrotamos, las tardes de risas interminables, ese patio mágico que daba vida a todas nuestras aventuras.

Los 3 inseparables primos ahora siguen su camino, se han terminado los juegos y las risas, las grandes aventuras, yo, aun juego un poco, sigo amando las caricaturas y ahora colecciono juguetes, pero también atesoro estos recuerdos, y puedo decir que tuve una gran infancia.

Dejen a los niños ser niños, déjenlos jugar, llenarse de tierra y quítenles un rato el internet, que desarrollen un poco la imaginación y esa hermosa capacidad de soñar… porque cuando eres adulto, esa capacidad se va mermando por la realidad.
Amigos… no dejemos de jugar.

FELIZ DIA DEL NIÑO!


CRONICAS DE INFANCIA ( historia una madre que no queria tener hijos contada por la menor de sus desendientes)

PRIMERA PARTE   Muchas veces hemos escuchado que platicar del pasado, de eso que en su momento pudo hacernos daño, es sanador, también crece...